top of page

Del trabajo al descanso

  • Franyelis Álvarez Dávila
  • 11 jun 2016
  • 3 Min. de lectura

Llegué antes de la hora indicada a mi larga jornada de trabajo nocturna, era de 12 horas; desde las 6pm hasta las 6am y como de costumbre me recibían solo los guardias de seguridad, pues a esa hora ya no quedaba casi nadie en las oficinas, ya todos se habían ido o ya se estaban yendo.

Era nueva, así que sólo conocía a mi jefe y a un compañero de trabajo, que era con quién hacía los cambios de turno. Iba con los nervios a flor de piel porque era mi primera guardia nocturna, sólo pensaba en qué iba a hacer si llegaba a pasar algo fuera de lo común, cómo rayos iba a resolver, ¿será que llamaba al jefe?, ¿y si me llama la atención por llamarlo o al contrario, se altera por no llamarlo?, eran tantas las interrogantes que sentía que colapsaba.


Entré a la oficina y ahí estaba Alejandro, mi compañero; se le notaba el cansancio y las ansias de salir corriendo de esas cuatro paredes en donde se pierde la noción el tiempo, no sabes si está nublado, lloviendo o si el sol está radiante; ahí solo te acompañan dos teléfonos fijos, un móvil, 3 monitores donde se veían todas las adyacencias del edificio que grababan las cámaras de seguridad, y un computador con miles de formatos.


“Gracias a Dios llegaste temprano, estaba loco por irme. Ya el último reporte está listo, sólo debes esperar que sean las 6pm para enviarlo. Hasta ahora todo está sin novedad, no hubo problemas en todo el día. Ya sabes cualquier cosa me llamas, para ayudarte, pero que sea antes de las 10pm. Me voy, necesito llegar temprano a mi casa, hasta mañana”.


Me senté y como de costumbre el teléfono no paraba de sonar, ya contestaba de forma automática “Centro Control Occidente, buenas noches”. Las horas pasaron muy rápido, cuando miré el reloj ya eran la 1am. De la nada sonó la puerta, alguien estaba tocando de forma desesperada así que me exalté un poco, me levanté lo más rápido que pude par abrir, pero no había nadie afuera. Salí completamente de la oficina y decidí asomarme por el pasillo principal, de pronto escuché un extraño sonido que provenía desde la oficina del frente, eran como contadoras de billetes y muchas personas hablando, asociaba todo ese ruido con el de un banco, me asusté pero decidí no acercarme.


Mucho rato después me levanté del computador para ir al baño, me asomé primero y obviamente no había nadie, ya llegando a la puerta del baño sentí que alguien me seguía, volteé y efectivamente estaba detrás de mí un señor moreno, alto, con un bigote bastante poblado y vestía una braga enteriza azul marino, “buenas, ¿qué hace por acá?, me asustó. ¿Quién le abrió la puerta?, ¿fue usted quién hace rato tocó la puerta del Centro de Control?”, no respondió a ninguna de mis preguntas sólo medio sonrió y siguió su camino por el pasillo, salí detrás de él pero cuando miré ya no estaba, así que me devolví un poco desconcertada y confundida, entré al baño y salí lo más rápido que pude.


Estando ya en la oficina decidí revisar los vídeos de seguridad, pero no había nada, al parecer no se había grabado ese momento, sólo se veía cuando yo salía de la oficina y cuando volvía; entre mis nervios empecé a percibir olor a comida, como carne asada pero parecía que se estuviese quemando, era muy extraño porque nadie iba a estar haciendo comida en la oficina y mucho menos asada.


Decidí tomar la calma y relajarme, así que coloqué música a todo volumen para que se me olvidara todo. A las 5:45am sonó la puerta y era mi compañero Alejandro que venía a hacer el cambio de guardia, le conté la extraña situación que viví durante la madrugada, él solo se empezó a reír.


“¿Ya te tienes que ir?, siéntate y te cuento”. Me senté, tomamos café y me comentó que hacía años ese edificio era un banco y por eso eran esos sonidos, que además eso era común, siempre los iba a escuchar y con respecto al señor, era otra historia, una bastante bizarra, por cierto.


“Hace como 5 años, hubo un fallo eléctrico en todo el edificio y Mario, el conserje, bajó hasta la oficina donde están los controles eléctricos para revisar qué pasaba; no sabemos qué pasó exactamente pero él se electrocutó, y cuando entraron para ayudarlo todo olía a carne quemada".


 
 
 

Comments


Entradas destacadas
Vuelve pronto
Una vez que se publiquen entradas, las verás aquí.
Entradas recientes
Archivo
Buscar por tags
Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square
bottom of page